Proyecto educativo

Bases pedagógicas

La Caseta es un proyecto educativo que acoge a niños y niñas entre 2 y 6 años con el objetivo de acompañarles en su evolución recogiendo y respetando sus necesidades. Se centra en pilares como el respeto, la aceptación, la autonomía, la libertad, los límites y el descubrimiento de sí mismo y del entorno.

La Caseta es un lugar donde no se obliga a nadie a hacer algo que no quiera (en relación a la actividad y no a las normas). Partimos de lo que cada niñ@ trae dentro, desde sus deseos e intereses. Mediante la creación de un ambiente de seguridad física y afectiva favorecemos que cada niñ@ encuentre su lugar dentro del grupo y del espacio de La Caseta, que poco a poco surjan las necesidades, iniciativas, ganas de compartir, ganas de soledad, de juego, y que se vayan entretejiendo las redes que conectan niños, niñas y educadores.

Uno de los objetivos centrales del proyecto es que los niñ@s mantengan la conexión con su interior desde el reconocimiento de sus necesidades y deseos. Esta percepción y consciencia de sí es susceptible de perderse si el niñ@ está acostumbrado a responder y seguir la voluntad del adulto. Si el niñ@ se siente libre de ser como es, sin que nadie lo juzgue, sabrá lo que quiere. No perderá la capacidad de escucharse a sí mismo y podrá desarrollar la capacidad de escuchar a otros. Si se siente aceptado tal y como es, desarrollará la confianza en sí mismo, base de la confianza en los otros y en la vida en general. Confiamos en la capacidad innata de los niñ@s para guiar sus aprendizajes.

Reconocemos la necesidad del movimiento y el juego espontáneo como vivencias que le permiten al niñ@ expresarse, vincularse con los otros, conocerse a sí mismo y a su entorno. Acompañamos así la evolución espontánea del niño en el proceso que va de la vivencia hasta el lenguaje.

El adulto acompaña al niño y le garantiza un ambiente armonioso que facilite el desarrollo de sus procesos espontáneos. Muchas veces el “no hacer” del adulto, que en algunos casos se podría llamar no intervención, requiere delicadeza, escucha y crea una comunicación muy profunda entre el niño y el adulto.

Utilizamos una metodología dialogante que facilita sin imponer, que crea un marco y un ambiente antes que hacer propuestas con finalidades concretas y definidas previamente por el adulto.

Nuestros principales referentes para ello son: la Psicomotricidad relacional, los Lenguajes expresivos y el Masaje infantil. La psicomotricidad nos facilita sobretodo una forma de intervenir, donde la escucha, la empatía y el ajuste a lo que el niñ@ trae es fundamental.

Los lenguajes expresivos permiten conectar el mundo interno y externo con gran riqueza y autenticidad. Mientras experimenta el placer de la situación, el niñ@ se empapa de imágenes, sensaciones y vivencias que se van plasmando en lo que produce. En La Caseta ponemos especial atención a la expresión corporal, plástica, musical, verbal y escrita.

El masaje infantil, por otro lado, nos ofrece la posibilidad de una comunicación íntima. Basado en el respeto, el contacto corporal afectuoso acerca, escucha, atiende y empatiza.

En el marco de la Pedagogía libre, pilar fundamental del proyecto, los límites vienen impuestos por el respeto hacia el otro, al espacio y a los objetos. En el conflicto, nuestro acompañamiento se basa en garantizar la seguridad física y emocional, segurizar y dar autonomía, de forma que el niñ@ adquiere progresivamente a lo largo del proceso suficientes herramientas internas como para afrontar por sí mismo estas dificultades. Esto es un proceso que les fortalece.

La Caseta es fundamentalmente un espacio donde, tanto niños como adultos, crecemos. Cada uno da y recibe de diferentes maneras, siendo tan importante el aprendizaje del niñ@ como el del adulto que lo acompaña. En este sentido también es esencial la implicación y participación por parte de las familias para sostener un proyecto de estas características.